Para poder encontrar mi propia luz es necesario que reconozca, observe y deje de juzgar mi propia sombra.
Mi sombra requiere más atención que mi propia luz, porque es gracias a la atención que pongo en ella que logro avanzar y sentirme mejor conmigo misma.
Cuanto más la miro, más consciente me hago de quién realmente soy
Cuanto más profundizo en ella, me doy cuenta de qué tan distorsionada era la mirada que tenía sobre mí cuando no era realmente consciente de su existencia
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Cuando no somos capaces de reconocer y observar nuestra propia sombra vivimos a ciegas, en el engaño.
Cuando empezamos a mirarla, pero no la aceptamos, vivimos en el rechazo.
Rechazar o juzgar mi sombra es rechazar y no aceptar todo aquello que no me gusta de mí misma.
Por mucho que pretenda enseñar mi cara más dulce y amable y vender un perfeccionismo extremo, mis quejas, enfados o molestias hacia los demás o hacia las situaciones que vivo me delatarán.
Porque todo ello habla de mí, habla de mi propia sombra.
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Cuando no miro, rechazo o juzgo mi sombra rechazo lo que soy, entonces sólo encuentro parálisis
Cuando la acepto, avanzo, porque la aceptación de la sombra me permite caminar hacia mi propia luz
Ser consciente de mi propia sombra me hace ser más libre, porque sabiendo lo que soy, pero sobre todo aceptándolo, me da alas para poder escoger quién quiero ser.
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Cuando reconocemos la sombra, la observamos, le ponemos nombre, dejamos de castigarla y juzgarla y la abrazamos, de alguna forma ayudamos a que esta se aleje. Si reconozco como sale mi exigencia y perfeccionismo en algunos momentos de mi día, sentiré como mis cervicales se tensionan y mi cuerpo y mente se ponen en modo defensivo. Observaré esa tensión, la sentiré, le daré la bienvenida. Sé de dónde viene, la conozco muy bien porque un día decidí empezar a mirarla y ya llevo años observándola, entendiéndola, dándole voz. Ya no la niego o la reprimo, la juzgo menos, dejo que aparezca, puedo hablar sobre ella a los demás. Ya no me avergüenza su existencia, soy incluso capaz de reírme de ella con cariño. Con ello he aprendido a reconocerla, a separarme de ella y tomar distancia, a no dejar que me invada. Así es como mis músculos empiezan a relajarse y la dejo pasar, así es como convierto mi exigencia y juicio en mi propia aceptación.
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La terapia energética Schaki te ayuda a abrir conciencia, te ayuda a conocerte y aceptarte, te fortalece por dentro, porque te ayuda a estar más en contacto contig@ mism@ y ser más consciente de esa sombra que también está dentro de ti. El encuentro es necesario para que un día la puedas llegar a aceptar, darle amor y así convertirla en luz.
Abrazos,
Sofi